sábado, 11 de diciembre de 2010

MIEDO

A la pregunta de Valentina ¿los adultos también tienen miedos? la respuesta mas lógica y sin pensarlo dos veces es "SI", hoy Valentina me dio una lección mientas estaba sentando en la penumbra, mientras la obscuridad me cobijaba y el anonimato me apoyaba tuve la oportunidad de soltar una par de lágrimas por mas de un recuerdo del pasado.

En el momento Valentina no lo supo, y hoy, por decisión propia he decidido compartirlo con ella y con todos ustedes...

Tengo mas de un miedo, y además hace ya algún tiempo que me di cuenta que soy un adulto.

Una vez hace ya mas de unos 4 años recuerdo haber coincidido con un amigo a que ambos teníamos miedo a crecer, a dejar de ser esos adolescentes que disfrutan la vida sin ninguna verdadera preocupación, pero eso no tiene mucho que ver con el principal tema.

Hay muchos miedos a los que me enfrento día a día, y quisiera no tenerlos pero tal vez es eso lo que me motiva a a seguir cada día adelante, a dar cada paso mas firme y con mas fuerza. Un sublime momento fue ver a Valentina desprenderse de sus miedos, ver como libre y natural, con su verdadera piel, el corazón limpio, lleno de pasión sonríe a pesar de las vicisitudes que la vida le puso en el camino, justo como ella quiero ser, quiero desprenderme de todo como si fueran simples prendas y llegar a un punto en el camino en el que sea yo, pura y limpiamente yo, sin temores y con un camino por delante, mas fuerte que nunca para enfrentar todas las lágrimas, los demonios o las sombras que intenten detenerme en mi camino.

Gracias Valentina, hoy haz dado tu función estelar y haz brillado, no solo en el escenario si no dentro de mi corazón y me haz dejado algo mas fuerte de lo que tu pudieras imaginar, es por eso que hoy me prometo a mi luchar contra cualquier obstáculo en mi camino, evitar lo que el entorno forje en mi camino y los mismos frenos que pueda poner yo mismo en mi camino.

Valentina, tan corta de edad, me haz dado tanto que lo único que te puedo ofrecer es un simple GRACIAS.


·H·E·L·I·

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